A fines del siglo dieciséis, seis frailes franciscanos españoles llegaron a lo que hoy es la costa de Georgia para evangelizar al pueblo indígena llamado Guale.
Entre el 14 y 17 de septiembre de 1597, todos los frailes con la excepción de uno fueron asesinados.
Cuando uno menciona las misiones españolas de Norte América, la mayoría de personas sólo consideran las iglesias de adobe construidas a fines del siglo dieciocho a lo largo de la costa de California. Sin embargo, estas misiones aunque históricas y conocidas, no fueron de ninguna manera las primeras construidas en lo que hoy es los Estados Unidos.
Dos siglos antes de que San Junípero Serra predicara a los indígenas en la costa oeste de los Estados Unidos, sus hermanos franciscanos venidos de España, ya habían estado compartiendo el Evangelio en regiones que hoy son el sudeste de los Estados Unidos.
Antes que se fundara la primera colonia permanente inglesa en Norte América (1607), y antes que llegaran los Pilgrims a Plymouth Rock (1620), misioneros Jesuitas y Franciscanos establecieron misiones en áreas que hoy son Florida, Georgia y Carolina del Sur. Estos trabajaron con notable valentía y devoción para evangelizar a los pueblos originarios de la región, y miles fueron bautizados, catequizados y recibieron los sacramentos.
La base de sus esfuerzos misioneros fue la ciudad española de San Agustín en la península de la Florida – la ciudad más antigua continuamente habitada de los Estados Unidos, fundada en 1565. Fue aquí, en la Florida, el nombre dado a esta colonia española, que la fe católica empezó a echar raíces en tierras que hoy forman parte de los Estados Unidos.
Los españoles establecieron exitosamente colonias y misiones a lo largo de la costa oriental de Florida y Georgia en el siglo dieciséis. Aunque este territorio llamado colectivamente "La Florida" no era rico en oro y plata, si tenía una ubicación estratégica, ya que los galeones españoles llenos de riquezas navegaban hacia España a lo largo de la costa. Temerosos de ataques británicos e indígenas hostiles a lo largo de la costa, los españoles tenían un fuerte interés en colonizar la región.
Después de la exitosa fundación de San Agustín en la actual Florida en 1565, los españoles fundaron una cadena de misiones a lo largo de la costa, tanto en las islas costeras como en tierra firme.
En 1597 existían ya cinco misiones en la costa de Georgia donde frailes franciscanos predicaban el Evangelio, hablaban la lengua indígena de los Guale y vivían pacíficamente con la población indígena. La mayoría de los Guale no sólo aceptó la fe católica, pero también con entusiasmo dio la bienvenida a productos europeos como adornos de cristal, herramientas de metal, textiles y otros artículos de lujo.
Los frailes vivían entre los Guale sin ninguna presencia militar, proveyendo evidencia a las buenas relaciones que existían entre los Guale y los misioneros.
Fray Pedro was a Castilian born in a tiny village in the diocese of Madrid in or around A.D. 1560. He joined the Franciscans in Astorga, was ordained a priest, and had served in the New World Missions since 1587. Since he was the most experienced of the six friars who served the Guale, Pedro was in charge of the Mission de la Natividad de Nuestra Señora de Guadalupe (the Mission of the Nativity of Our Lady of Guadalupe) at the Guale capital, Tolomato (near Darien, Georgia), where their great chief or mico, don Francisco, lived.
Fray Blas was born in Caucos, Spain around A.D. 1552. Blas joined the Franciscan Province of St. Gabriel at the Convent of Santa Olalla of the strict Alcatarian Reform discalced. Blas had been ordained a priest for almost seventeen years. Back in Spain, he had been called a confessor as he courageously stood up for the Faith there, but Blas Rodríguez did not seek praise, nor even comfort. He volunteered for the missions, and he had already served in the New World since 1590.
Fray Antonio was born in La Albuhera near Badajoz. Antonio de Badajoz was of the strict order of the Alcatarian reform (discalced). He was a lay brother and not a priest, though he was respected by all the ordained priests with whom he worked as the catechist and translator. He had served in the New World missions since 1587, was fluent in the Guale language, and was working as Fray Miguel’s translator at the time of the rebellion.
Fray Francisco was born in Gordejuela, Spain on February 13th, 1564 to a relatively prosperous Basque family. He was a Cantabrian Franciscan and joined the Convent of Valladolid. Francisco had been ordained a priest for a few years before coming to La Florida. He had served in the Guale Missions for only two years.
Fray Luis Gerónimo de Oré (un fraile francisano peruano) recontó en 1618 después de visitar La Florida, que en septiembre de 1597, el fraile asignado a la misión de Tolomato (cerca de Eulonia, Georgia) no le permitió a un joven Guale bautizado que tomara una segunda esposa. Este joven llamado Juanillo, heredero de un cacique Guale, se opuso a la enseñanza sobre el matrimonio propuesta por Fray Pedro de Corpa y lo mató el 14 de septiembre de 1597. Juanillo junto con otros jóvenes continuaron hacia las otras misiones para terminar con las vidas de los frailes.
Antes de arribar a la Isla de Santa Catalina, Juanillo ordenó al cacique de la isla matar a los dos frailes asignados ahí, Fray Miguel de Añon y Fray Antonio de Badajoz. No queriendo ejecutar esta orden, el cacique les rogó a los frailes que huyan hacia el sur, a la misión en la Isla San Pedro (hoy Cumberland Island), pero los frailes se negaron a creer estos rumores de muerte cercana. Una vez que llegaron Juanillo y sus hombres a Santa Catalina, los dos frailes fueron matados brutalmente después de orar fervorosamente dentro de la misión, lugar marcado hoy por doce palmeras.
Los hombres también mataron a Fray Blas de Rodríguez cerca de Darien y a Fray Francisco de Veráscola, quien regresaba en canoa de San Agustín a su misión en la isla actual de Saint Simons Island.
Un sexto fraile, Francisco de Avila, fue raptado y vivió horribles torturas hasta ser liberado unos meses después.
El proceso diocesano para la beatificación de Fray Pedro de Corpa y Compañeros, o los Mártires de Georgia como comúnmente se les llama, ya ha concluido. Actualmente el Padre Giovangiuseppe Califano, OFM, Postulador de la Causa, está supervisando la redacción final de un documento histórico el cual será presentado a la Congregación para las Causas de los Santos en el futuro próximo.
Hay necesidad de fomentar devoción a estos mártires y también incrementar el conocimiento de su historia. Estos cinco hombres dejaron atrás todo lo que era conocido en España para compartir en tierras lejanas el Evangelio de Jesucristo. Murieron como testigos de la fe cristiana al compartir con otros lo que ellos mismos habían recibido.
En tiempos cuando la institución del matrimonio debe ser fortalecida y defendida, el testimonio de Fray Pedro de Corpa y Compañeros nos llena con mucha esperanza. La presencia de misioneros españoles en Georgia hace más de cuatrocientos años también alienta a los muchos católicos latinos que ahora llaman a Georgia su hogar.