Fray Francisco era un cazador por naturaleza, y a pesar de que era sacerdote, los Francisca-nos lo llamaban algunas veces para que fuera seguridad para visitantes y personas de gobierno. El presumía fuerza y confianza, pero también la virtud del gozo Cristiano. Su hermosa sonrisa y ojos bondadosos ayudaban a la gente de Guale a confiar en este sacerdote gigante.
En el dibujo, él tiene una barba muy obscura. Nuestro buen sacerdote había viajado a los bajos ríos de las misiones del sur. Los sacerdotes tenían que tener vino y hostias para celebrar Misa, por lo tanto, tenían que intercambiar y traer cosas que necesitaban de San Agustín en Florida. Estos hombres eran remadores y talvez tuvieron cuerpos fuertes.
Fray Francisco de Veráscola se podía haber defendido fácilmente, pero no quería lastimar a la gente de Guale, la cual él amaba. El acababa de regresar en canoa y estaba por vaciar las cosas para la misión; él estaba cansado pero contento de estar en casa. Los hombres rebeldes lo atacaron por sorpresa, matándolo conforme desembarcaba de su viaje. El probablemente saludo a los asesinos en la orilla del mar, pero él no se imaginaba que su bienvenida iba hacer violenta.